Especial por el día del amor y la amistad para todos los expatriados. El 14 de febrero, puede ser una fecha de reflexión, de indiferencia, de amistad o de amor. La percepción, depende desde la realidad con que se mire, es decir, el momento que estés viviendo. Para aquellos que viven en el extranjero con su pareja, esposo o amorcito; el recordar que están acompañados durante ese día y los siguientes, es motivo de alegría y motivación. Tener una pareja, es algo complementario, y más si estás lejos de tu país, ya que, de cierta forma, ya “estás en casa”. La distancia que experimentas hacia tu familia, a veces se aminora y se traduce en nostalgia compartida, pues tu bien amado sabe exactamente lo que estás sintiendo. Ambos pueden recordar frases, amigos, sonidos, platillos y lugares favoritos, los cuales desaparecen al surgir el consuelo en forma de espontáneo plan en su nuevo destino. Claro, esto suponiendo que ambos emprendieron la aventura de mudarse de su país de origen. La otra posibilidad, es que hayas tenido la fortuna de encontrar el amor fuera de tu patria. Las historias de amores internacionales son fascinantes, más aún si reparas en la cadena de hechos que los llevaron a estar juntos. Incluso la química entre dos personas surge de la aparente complementación que experimenta, ahí el choque cultural muta en empatía y armonía. El triunfo para estos dos tipos de pareja depende de la capacidad de ayudar al otro a adaptarse a su nuevo entorno, aprender el lenguaje y las costumbres, así como apreciar las diferencias del otro (y los demás). Por otra parte, hay quienes tuvieron que partir a vivir a otro país, estado o continente, y San Valentín solo cuentan con la compañía de nuevos amigos. Es común en ese punto que el afecto, o la personificación del amor, parezca un lugar remoto en una tierra lejana, al cual es solo posible recurrir mediante sueños apasionados, tristes o felices; mensajes desesperados de Facebook o extensos correos electrónicos. Los celos, fantasías y el anhelo, son síntomas comunes durante el cambio. Para lo inevitable, o sea, los rompimientos; unos son más fáciles de superar gracias a la distancia y diferencia de usos horarios, pero para otros, ambos factores son directamente proporcional a la desolación. Un remedio infalible para el mal de amores, es salir a explorar tu vecindario, visitar nuevos lugares y aprender o estudiar algo diferente, ya que, de ese modo, renuevas tus intereses y disfrutas la experiencia de vivir en el extranjero. Cual sea tu caso, en esta fecha y en adelante, atrévete a retarte y deja el ocio de lado ¡Tienes un mundo por conocer… solo, con amigos o en pareja! Sascha Santin MKT LATAM Reponsable del área de marketing y comunicación para Crown Relocations a nivel LATAM.